martes, 8 de julio de 2014

Open Windows, de Nacho Vigalondo



Si DePalma era el muñeco de un Hitchcock ventrílocuo, ahora podemos afirmar, que la voz que saldría del gordo al disimular  que no mueve los labios, sería la de ese cántabro con apellido vasco, que parece sacado de la portada de 'Eraserhead' de David Lynch.

Nacho Vigalondo es uno de los jugadores titulares, cuando algún cinéfilo menciona la alineación de su equipo de jóvenes promesas –perdón por la referencia futbolera, pero bueno el mundial nos contagia a todos…- es uno de los que aparece en todas las listas de los seguidores, de este arte desprestigiado, en el que la tónica es dejarte llevar por la taquilla del fin de semana del estreno y donde cada vez es más raro que a un título no le acompañe un número al final (2,3, incluso 7 en el caso de Fast & Furious…)


Que un cineasta tenga el aplomo de plantear cosas valientes y  atrevidas es algo que cada vez es más inusitado, por eso Vigalondo sale en esas alineaciones junto con gente como, Carax, Villeneuve, Carruth, Winding Refn, Ben Wheatley, Dupieux, Nichols, Joon-ho Bong, Considine, Cornish…en fin, las referencias que hacen salivar al cinéfilo, aquellos que son positivamente diferentes, los que hacen cine y no un ‘producto comercial’, de los que en definitiva, tratan con respeto e inteligencia al espectador.
 
Como todos estos el de Cabezón de la sal, se arriesga y ya solo por eso merece respeto, pero es que incluso pertenece a un grupo más exclusivo, porque  lo encomiable de Vigalondo es que tiene la pericia de salir victorioso, de esas enrevesadas complicaciones que el mismo se plantea.

'Open Windows' tiene la referencia en el título a ‘La ventana indiscreta’ de Hitchcock pero de fondo guarda más relación con la obra de DePalma, sobretodo con ‘Blow Out’, en la que se parece hasta en el comienzo, Vigalondo nos presenta a la que posteriormente se convertirá en su dama en apuros, Sasha Grey, en medio del tráiler de la película ‘Dark Sky’ – cine dentro del cine, que parece algo de ciencia ficción e invasión alienígena y que recuerda un poco a los robots de ‘The world’s end’ de Edgar Wright-, en ‘Blow Out’ 
DePalma empieza con una slasher desde el punto de vista del asesino y luego te enteras de que en realidad John Travolta da vida a un operador de sonido que trabaja en la película.



A DePalma le gustaban esas conversaciones con pantalla partida, no hay cosas más de Wim Wenders que una Polaroid, pues Vigalondo tiene señas de indentidad bastante claras, empieza a establecer un patrón en el que prefiere el artefacto interpuesto a la exposición directa de la realidad, en ‘Cronocrímenes’ Karra Elejalde utiliza unos prismáticos, en ‘Extraterrestre’ es una cámara casera la que se usa para calcular el tamaño de platillo volante y aquí en ‘Open Windows’ este artefacto tiene mil ramificaciones (móviles, webcams, cámaras de seguridad…) que se concentran en la pantalla de un ordenador, dónde se cuenta una historia difícil desde el punto de vista técnico, pero el talento manejando los tiempos del thriller, hace que el ritmo no se vea afectado por la complejidad de la narración en tiempo real, donde la que la atención del espectador va saltando de ventana en ventana.

No sé como envejecerá esto, no se si los hologramas que plantea la película en muchas escenas, el ruido de imagen y el pixel agresivo, estarán de moda cuando alguien las recupere dentro de tres décadas, como hizo Pablo Larraín cuando dirigió hace dos años, la película ‘No’ en 16mm, pero ‘Open Windows’ es una película orgullosamente digital, consiguiendo ser hasta en eso, un reflejo de su tiempo, al mismo tiempo que esconde un arma de doble filo, por un lado la ironía desde la dirección de ‘ya que ves tanto cine en el ordenador, yo te voy a hacer ver uno en el cine', y por el otro, la implicación más directa del espectador en la trama, para la muchísima gente, que utilice su propio portátil como medio para ver la película.

Empieza a ser una coletilla demasiado recurrente, pero la última película de Nacho Vigalondo, terminará como una pieza de culto, maravillosa actualización del voyeurismo de Hitchcock filtrada de manera mediata por DePalma que guarda relación con el cine de cineastas italiano de terror como Sergio Martino o con la serie ‘Black Mirror’ y que recuerda en su ritmo a esas tramas que planteaban los entretenidísimos guiones de Larry Cohen en películas como ‘Cellular’ o ‘Última llamada’.

 


Elijah Wood es un caso insólito, cualquier otro se hubiera conformado con venderse al mejor postor, con el automático puesto, después de hacer una saga como ‘El señor de los anillos’ pero cada vez me sorprende más por los roles que elige, y por las películas que decide producir, (fue más perturbador su retrato del asesino en el remake de ‘Maniac’ que el de Joe Spinelli en la original) y Sasha Grey encaja perfectamente en el papel de la actriz en apuros.

La película termina con una invitación a reflexionar sobre los límites de la privacidad en la sociedad en la que vivimos y sí, Sasha enseña las tetas, como se suele decir, mirar es gratis, frase que suscribe la propia película, pero a tenor de los  comentarios que se han hecho desde que se conoce que ella era la actriz escogida, a veces da la sensación de que es una pena que hablar también lo sea…



                    Valoración: 4/5 estrellas.










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