Si DePalma era el muñeco de un Hitchcock ventrílocuo, ahora podemos afirmar, que la voz que saldría del gordo al disimular que no mueve los labios, sería la de ese
cántabro con apellido vasco, que parece sacado de la portada de 'Eraserhead' de
David Lynch.
Nacho Vigalondo es uno de los jugadores titulares, cuando algún cinéfilo menciona la alineación de su equipo de jóvenes promesas
–perdón por la referencia futbolera, pero bueno el mundial nos contagia a
todos…- es uno de los que aparece en todas las listas de los seguidores, de
este arte desprestigiado, en el que la tónica es dejarte llevar por la taquilla
del fin de semana del estreno y donde cada vez es más raro que a un título no
le acompañe un número al final (2,3, incluso 7 en el caso de Fast & Furious…)
Que un cineasta tenga el aplomo de plantear cosas
valientes y atrevidas es algo que cada
vez es más inusitado, por eso Vigalondo sale en esas alineaciones junto con
gente como, Carax, Villeneuve, Carruth, Winding Refn, Ben Wheatley, Dupieux, Nichols,
Joon-ho Bong, Considine, Cornish…en fin, las referencias que hacen salivar al
cinéfilo, aquellos que son positivamente diferentes, los que hacen cine y no un
‘producto comercial’, de los que en definitiva, tratan con respeto e
inteligencia al espectador.
Como todos estos el de Cabezón de la sal, se
arriesga y ya solo por eso merece respeto, pero es que incluso pertenece a un
grupo más exclusivo, porque lo encomiable de Vigalondo es que tiene la pericia de salir victorioso, de esas
enrevesadas complicaciones que el mismo se plantea.
'Open Windows' tiene la referencia en el título a ‘La
ventana indiscreta’ de Hitchcock pero de fondo guarda más relación con la obra
de DePalma, sobretodo con ‘Blow Out’, en la que se parece hasta en el comienzo,
Vigalondo nos presenta a la que posteriormente se convertirá en su dama en
apuros, Sasha Grey, en medio del tráiler de la película ‘Dark Sky’ – cine
dentro del cine, que parece algo de ciencia ficción e invasión alienígena y que
recuerda un poco a los robots de ‘The world’s end’ de Edgar Wright-, en ‘Blow
Out’
DePalma empieza con una slasher desde el punto de vista del asesino y luego te enteras de que en realidad John Travolta da vida a un operador de sonido que trabaja en la película.
A DePalma le gustaban esas conversaciones con
pantalla partida, no hay cosas más de Wim Wenders que una Polaroid, pues
Vigalondo tiene señas de indentidad bastante claras, empieza a establecer un
patrón en el que prefiere el artefacto interpuesto a la exposición directa de
la realidad, en ‘Cronocrímenes’ Karra Elejalde utiliza unos prismáticos, en
‘Extraterrestre’ es una cámara casera la que se usa para calcular el tamaño
de platillo volante y aquí en ‘Open Windows’ este artefacto tiene mil
ramificaciones (móviles, webcams, cámaras de seguridad…) que se concentran en
la pantalla de un ordenador, dónde se cuenta una historia difícil desde el punto de vista técnico, pero el talento manejando los tiempos del thriller, hace que el ritmo
no se vea afectado por la complejidad de la narración en tiempo real, donde la que la atención del espectador va saltando de
ventana en ventana.
No sé como envejecerá esto, no se si los hologramas
que plantea la película en muchas escenas, el ruido de imagen y el pixel agresivo,
estarán de moda cuando alguien las recupere dentro de tres décadas, como hizo
Pablo Larraín cuando dirigió hace dos años, la película ‘No’ en 16mm, pero
‘Open Windows’ es una película orgullosamente digital, consiguiendo ser hasta
en eso, un reflejo de su tiempo, al mismo tiempo que esconde un arma de doble
filo, por un lado la ironía desde la dirección de ‘ya que ves tanto cine en el
ordenador, yo te voy a hacer ver uno en el cine', y por el otro, la implicación
más directa del espectador en la trama, para la muchísima gente, que utilice su
propio portátil como medio para ver la película.
Empieza a ser una coletilla demasiado recurrente,
pero la última película de Nacho Vigalondo, terminará como una pieza de culto,
maravillosa actualización del voyeurismo de Hitchcock filtrada de manera
mediata por DePalma que guarda relación con el cine de cineastas italiano de
terror como Sergio Martino o con la serie ‘Black Mirror’ y que recuerda en su
ritmo a esas tramas que planteaban los entretenidísimos guiones de Larry Cohen en películas como
‘Cellular’ o ‘Última llamada’.
Elijah Wood es un caso insólito, cualquier otro se
hubiera conformado con venderse al mejor postor, con el automático puesto,
después de hacer una saga como ‘El señor de los anillos’ pero cada vez me
sorprende más por los roles que elige, y por las películas que decide producir,
(fue más perturbador su retrato del asesino en el remake de ‘Maniac’ que el de
Joe Spinelli en la original) y Sasha Grey encaja perfectamente en el papel de
la actriz en apuros.
La película termina
con una invitación a reflexionar sobre los límites de la privacidad en la
sociedad en la que vivimos y sí, Sasha enseña las tetas, como se suele decir,
mirar es gratis, frase que suscribe la propia película, pero a tenor de los comentarios que se han hecho desde que se conoce que ella era la actriz escogida, a veces da la sensación de que es una pena que hablar también lo sea…
Valoración: 4/5 estrellas.
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