jueves, 20 de noviembre de 2014

Interstellar de Christopher Nolan


Un ‘western’ en el espacio, no aquella cosa que hizo el gran Eastwood, de ‘Space Cowboys’, sino uno de verdad.
Una ópera-espacial épica, en la que un ‘Ranger’ (Matthew McConaughey), lleva las riendas de una diligencia destinada a descubrir el nuevo mundo, un tejano que silba las eses con una cadencia muy melódica y que Nolan –creo que deliberadamente, llamó Cooper, como Gary- y como este, también termina cabalgando solo ante el peligro.

Los inmensos planos generales de cualquier zona de la basta meseta americana, son sustituidos por el silencioso espacio, para protegerte del sol, hay escafandras en vez del ala del sombrero, y aquí las sillas de montar están sometidas a una gravedad distinta, pero los códigos son los mismos, estos centauros interestelares, encuentran un agujero de gusano que conecta con otra galaxia en la que las olas parecen cordilleras y las nubes se congelan.



Un grupo de pioneros y colonos que busca un nuevo planeta dónde continuar con la especie, porque este mundo está en las últimas, una historia ambientada en un futuro post-apocalíptico, etiqueta gastada por recurrente en casi toda la ciencia ficción, pero que con el tratamiento de los Nolan el resultado es muy distinto.

La comparación con ‘La Odisea’ de Kubrick es inevitable,  cierto que es mucho más liviana y que no tiene ese tinte de película de culto, por cosas como que Kubrick contrató un seguro contra pérdidas para cubrirse las espaldas, por si se descubría vida inteligente extraterrestre, antes del estreno de la película.

Como en la obra maestra de Kubrick en ‘Interstellar’ también hay un robot, no tiene la sangre fría y el cálculo de HAL, pero Nolan hace que lleve el peso del alivio cómico de la película, TARS es el nombre del robot, que compagina acciones heroicas con un sentido del humor al que se le puede programar la intensidad.

Es cierto que hay algunas obviedades que quizá podrían haber sido más sutiles, no hace falta que el personaje que representa la miseria y cobardía del ‘hombre’ se llame ‘Mann’, un ser humano podrido al que da vida un como siempre genial, Matt Damon, a lo mejor son difíciles de distraer ciertas irregularidades en la trama, ¿Te parece demasiado golpe a la suspensión de incredulidad el giro final?, seguro que tienes razón, pero afortunadamente los personajes de Nolan son elegantes como él, y como a éste le pasa con su cine, ella también  detesta lo digital, teniendo manijas en ese reloj para poder encriptar partes de una formula en código morse.

Christopher Nolan, vuelve a dejar que el tiempo tome el pulso a la historia, como ya hizo con los grados del sueño en ‘Origen’, como en aquella, la ambición del cineasta es aquí increíble y vuelve a salir victorioso de la tarea de crear una trama absorbente con una estructura circular, con elementos que orbitan sobre la trama, como planetas alrededor del sol, como la arquitectura que tanto le gusta al director mostrar, ya sea doblando París o un satélite en la órbita de Saturno, un anciano que tiene como mantra un poema de Dylan Thomas, los exploradores del abismo a punto de entrar literalmente en el corazón de las tinieblas, y Michael Caine que parece ser eterno en todos los sentidos.

No parece envejecer, aunque pasen 27 años en la película y con su quinta colaboración con Nolan, tiene una filmografía como pocos en esto de la actuación.

A pesar de alguna inconsistencia, vuelve a ser fascinante la facilidad que tiene Nolan, para desenmarañar algo muy complejo, no creo que tengan razón los que le acusan de ser un director comercial como otro cualquiera pero venido a más…lo que creo que pasa, es que como todos los buenos hace parecer fácil algo que es muy complicado.

Agradezco que el cine comercial, tenga a un tipo como él, te hace hacer hincapié en la realidad de las cosas, hace que directores que juegan en esa división de presupuestos palidezcan, hace que a su lado JJ Abrams y Zack Snyder parezcan Brett Ratner y Michael Bay.

Hay cierta corriente –que encuentro, un poco absurda- que defiende que no le gusta Nolan porque es muy comercial, Nolan tiene seguidores muy acérrimos, que pueden resultar muy pesados, como aquella vez que trataron que ‘The dark knight’ fuera la película mejor valorada de la historia en imdb, no solo dándole dieces a ésta película, sino puntuando el ‘Padrino’ I y II  o ‘Pulp Fiction’ con un ‘1’…
El tipo parece una estrella del rock, más que un director de cine, pero decir que no te gustan sus películas porque sus hooligans son muy pesados, es como decir que no te gusta el buen queso porque los franceses son imbéciles.

Es una tontería decir que no te gusta Nolan porque le gusta a mucha gente, él no tiene la culpa del  revuelo que levantan sus películas, ni tampoco de que haya otras grandísimas películas (tan buenas o mejores que ésta), que no atraigan ni la milésima parte de atención que las suyas.

Ha vuelto a hacer una de las mejores películas del año, espero que ha Zimmer le nominen por la banda sonora, es increíble visual y narrativamente y los hermanos Nolan vuelven a hacer una maravilla, en la que además se empieza a ver un patrón, una firma como autores en la que reconoces cosas que tienen un sello propio.

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