domingo, 6 de febrero de 2011

Balones de fútbol que me trollean.




Vivo cerca de un polideportivo en el que hay un campo de fútbol con hierba artificial muy bonito. Hoy mientras pasaba por allí se estaba jugando un partido. Era gente un poco mas joven que yo pero no demasiado, mayores de edad seguramente. En el instante en el que iba a pasar enfrente del campo sucedió una de esas situaciones que me hacen sentir profundamente estúpido. El balón salió por encima de la verja que rodea el campo y el esférico se dirigió hacia mí, botando mansamente.

No puedo ser el único que siente una presión absurda ante esto. Yo solo quería volver a mi casa tras pasar un rato con mi hermano y sin comerlo ni beberlo se me presenta una prueba de habilidad que será juzgada por todos los espectadores del partido cuyas miradas sentía clavándose en mí como si fuesen lanzas infernales envenenadas. Devolver el balón por encima de la verja.

Decidí descartar la opción de enviarla con el pie ya que no juego al fútbol desde hace años y con los nervios veía que podría matar a una abuela o quizá cargarme la luna de un coche así que decidí usar las manos con una acera de por medio y una verja que psicológicamente crecía por momentos hasta parecer la entrada al castillo del puto conde Drácula.

Por supuesto que tenía suficiente fuerza para enviarla por encima de la verja. No estaba lanzando un balón medicinal, pero mandarlo con demasiada fuerza tendría un impacto en mi precisión así que lo envié con un gesto firme pero suave de mi brazo derecho. Y no entró por un pelo.

Esto no acaba aquí ya que yo solo deseaba terminar con este humillante capitulo de mi existencia pero el balón volvió directamente hacia mi. Esta vez no iba a jugármela. Crucé hacia la acera del campo buscando la entrada para ahorrarme el sufrimiento de lanzarla de nuevo,pero la puerta estaba demasiado lejos y bloqueada por espectadores. Debo decir a estas alturas de la historia que afortunadamente los jugadores pasaban de mi ya que tenían varios balones y tan solo un defensa estaba contemplando mis lamentables desventuras a parte del público compuesto mayormente por ancianos desocupados y padres o familiares de los futbolistas.Prosigo.

Cuando crucé me di cuenta de que ahora estaba demasiado cerca de la verja dándome muy poco ángulo para lanzar el cuero pero era indudablemente demasiado tarde para volver a la acera de enfrente así que me comporté como un autentico héroe y lancé el balón una vez mas. Volví a quedarme corto por un pelo...

¿Por que yo? El balón volvía a mi a cámara lenta. Si no conseguía meterlo al siguiente intento esperaba que la tierra tuviese al menos la dignidad de tragarme.
Cogí aire y miré fijamente el balón. El balón me miró a mi con esta cara concretamente.


Afortunadamente y como dicen, a la tercera va la vencida. Una vez superada esa prueba del destino por fin pude volver a mi casa tranquilamente.

La verdad es que hacía tiempo que no me pasaba algo así y cuanto mas pienso en ello mas divertido me resulta todo. Un verdadero hombre sabe reírse de si mismo y hoy era una ocasión perfecta para ello.

Espero que hayáis disfrutado de mi humillante relato cotidiano y por favor decidme que no soy el único que se pone nervioso con situaciones tan tontas.

Gracias por leer.

5 comentarios:

  1. no lo eres, tanki will jajaja

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  2. Prigao, marica! no sabes devolver un balón!! xD

    jajaja que situacion tan tensa y tan tipica

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  3. esto es, lo que venimos llamando, una "Situación Salma"...jajaja

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  4. jajaja, a mí me pasa igual. Incluso a veces me he visto con el problema de que me llegue ya sin verja de por medio y decidir devolverla de una patada... y dejarla desviada. No hay como ver la cara de decepción de un niño xD

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  5. jajaja. Una experiencia similar fue lo que me hizo optar por usar las manos en esta ocasión! Devolver balones es un deporte de riesgo sin duda.

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