Grüezi! Wie es geht? Aquí estamos, empezando 2014 tan perdidos como terminamos 2013, pero con diamantes en bruto por sacar a la luz. Uno de ellos lo descubrí a principios de otoño de la mano de mi padre, y hoy me animo a compartirlo. Se trata de Small Apartments, una de perfil bajo y un tanto estrambótica, pero deliciosa en muchos aspectos. Supongo que si alguno ha llegado a ver un poster o un trailer, no se habrá sentido impulsado a verla como un loco, y la traducción del título al español no ayuda una mierda, la verdad, pues desembarcó en nuestra sufrida Iberia con el patético título de "Mi vecino, el asesino", un título digno de las pelis de baja estofa de A3 después de comer; o síntoma de que alguien durante el proceso de traducción estaba tan disgustado con lo que ocurría que decidió sabotearlo de una forma sencilla y tajante, desde el bautizo de la criatura. Pero no os dejéis engañar por la falta de imaginación de un asistente de ayudante del traductor mileurista amargado, ni por lo cutre y casposo de los tráilers y carteles: estamos ante una obra de enorme sensibilidad, exquisita dirección, interesante montaje, reparto de lujo e intenso guión. Una película que merece muchísimo más de lo que ha recibido, y que os recomiendo que veáis, desoyendo las tibias críticas que ha recibido.
GAMBERRA
La película cuenta la historia de Franklin Franklin, un hombre con patentes problemas psiquiátricos y de adaptación social, que vive solo después de que su hermano fuera encerrado en un psiquiátrico, obsesionado con Suiza y las enseñanzas de su hermano el listo que le manda en cintas de casete desde el loquero junto con recortes de uñas de los pies. Los primeros minutos de película te muestran la vida de Franklin Franklin en su cochambroso apartamento de alquiler, con unos hábitos higiénicos cuestionables, rodeado por vecinos tan, en apariencia, repugnantes y extraños como él. Estos vecinos y sus vidas son historias que se cruzan con la de Franklin Franklin y entre ellas van formando un entramado de vida cruda y anodina socarrada por el sol del medio oeste y dos puntos por debajo de la mediocridad. Por supuesto, para minimizar espoilers de esos (reventar la película que decíamos antes de creer que no hablar bien ni inglés ni español pero hacer ruido en los dos era molón) no daré detalles de la trama, pero hay de todo, mezclado de una manera maravillosa, que rebosa imaginación y colores a borbotones mientras te mantiene en el ambiente deprimente y sórdido de los apartamentos y la angustia vital de los personajes. Perros abandonados, sexo, pelucas, drogas, investigación de incendios, un asesinato, manicomios, bolos, libros de autoayuda... Todo ello se mezcla de magistralmente, bajo un juego de luces muy original, de esos luminoso y apagado al tiempo, con aire VHS, como una tarta de cartón glaseada con un caramelo para chuparse los dedos. Es un tratado sobre la soledad, sobre lo rara que se vuelve la gente soñando con ser normal o lo normal que llega a volverse el ser un bicho raro. En serio, poesía en pantalla, pero desde luego nada al estilo joligud: no os daréis cuenta de todo lo que hay ahí metido hasta que acabéis la peli, y al principio puede dar hasta yuyu. Hacía mucho que una película no me removía así sentimientos; es su crudeza, su falta de de obsesión por la emotividad y un tratamiento un tanto aséptico-descriptivo al principio, lo que te hace empatizar profundamente con casi todos los personajes y te dejará con ganas de hablar sobre ella. Consejo extra, vedla con alguien que tenga un poco de cerebro y otro poco de estómago, porque da para hablar mucho pero cuesta empezarla, y vedla con el corazón, más que con ojo de crítico de cine.
TIERNA
¿Qué hace que esta película en apariencia tan humilde sea para mí de los peliculones de 2012? Pues después de estudiarme bien los entresijos, creo que he dado con algunas claves. Lo primero, es una producción australiano-estadounidense de corte un poco indie, y eso, cuando no cae en la autocomplacencia es buena cosa, porque bien llevado no es una película que intenta satisfacer a todo el mundo y dejando a todos a medias (o como oí una vez por ahí, un culo para muchas p****s) como hacen ahora casi todas las grandes producciones. Otro punto importante es que está basada en un libro de igual nombre (aún no le he echado el guante, pero caerá); pero resulta que el guionista, Chris Millis), es el mismo autor del libro, y además participó activamente en la producción y dirección, lo que creo que fue determinante para lograr que se transmitan tan bien unos sentimientos y emociones tan reales en un contexto tan irreal.
SÓRDIDA
EXTRAÑA
En el lado negativo, pues que hay partes más flojas que otras, y algunas interacciones son un poco forzadas ante la excesiva coralidad del asunto (cosas de adaptar novelas). Lo cutre, aunque le pega, hay veces que rebosa un poco de más. Y entre las presentaciones y lo extraño de las primeras escenas, cuesta meterse, aunque te costará mucho más quitarte lo que se te haya metido al acabar la película. No está destinada a la épica del cine, sin duda, pero sí a dar que hablar.
REFRRESCANTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario