martes, 7 de junio de 2011

Pa'luego II: "The Big Kahuna"

Hoy quiero hablaros de una de las mejores películas que he visto en mi vida. The Big Kahuna, o traducida al español, El Pez Gordo. Rodada en 1999, llegó a nuestras pantallas al año siguiente y, como suele ocurrir, pasó bastante desapercibida. En un país como el nuestro, víctima de la LOGSE y la telebasura, no es extraño que la gente prefiriera ver Al Diablo con el Diablo antes que este peliculón, pero afortunadamente toda persona razonable con la que hablo que ha visto esta película me da la razón: ¡es tremenda! No es muy larga (90 minutitos) y el doblaje es lo bastante bueno como para que los más perezosillos la veáis traducida, aunque como siempre recomiendo VOS.

La trama de la película es bastante sencilla: tres vendedores de una empresa se van a reunir en un hotel para preparar un evento de captación de clientes. Van tras uno en concreto, el "Pez Gordo", que podría proporcionarles el contrato del siglo. Pero lo importante no es la búsqueda de ese gran contrato que les traerá gloria y fama (bueno, o lo equivalente a gloria y fama en el trepidante mundo del lubricante industrial), sino las interrelaciones y vertiginosas conversaciones que se dan entre estos tres personajes, muy diferentes entre sí, que coinciden en la habitación del hotel. Chocan juicios y prejuicios, desencantos e ilusiones, sentimientos y razón, en un brillante guión capaz de captar la atención y mantenerla en todo momento, trufado de detalles, muy ácido en ocasiones e hilarante muchas otras veces. Sorprende la cantidad, calidad y profundidad de las reflexiones que se hacen sobre gran cantidad de temas (desde el mundo de las ventas a la fe, la madurez o la amistad) a pesar de que parezca que hablan de frivolidades.

La película está basada en la obra de teatro Hospitality Suite de Roger Rueff, que también elaboró el guión para la adaptación a la pantalla de su obra. Así, la película es prácticamente una obra de teatro que transcurre (salvo tres breves escenas) en la habitación del hotel y en la que sólo hablan los tres personajes principales. Recuerda mucho a La Huella y otras excelentes adaptaciones cinematográficas de obras de teatro, hasta el punto en que casi te parece estar mirando un escenario teatral. En mi opinión personal, Rueff también se inspiró un poco, queriendo o sin querer, en el clásico del teatro absurdo Esperando a Godot de Samuel Beckett. Aunque con menos trascendentalidad filosófica, la estructura de disponer al espectador a esperar junto con los actores a algo o alguien, cuando al final lo que resulta importante no es aquello que esperan sino la espera misma, es lo distintivo de esta obra de Beckett, y se ve perfectamente en El Pez Gordo. En otras palabras, lo importante es cómo se hace el camino, no llegar al destino. Guión y dirección: sobresaliente.

Los tres actores son:

Kevin Spacey es Larry Mann, un tipo audaz, inteligente, observador, hablador, mordaz hasta lo corrosivo, en sus cuarenta ya, y viendo cómo poco a poco se le escapa la posibilidad de triunfar, aunque mantiene su actitud de ejecutivo agresivo y cierta energía vital. Es compañero y amigo de Phil Cooper, con quien lleva trabajando años. Esta amistad es una de las fibras más importantes de la intensa maraña de relaciones que podremos ver. No te llega a dejar claro si odia o ama la vida que lleva y el mundo que le rodea, y es difícil saber si sus ácidas críticas son constructivas o fruto de resentimiento disfrazado de implacable agente de ventas. Larry es un personaje complejo que hace de motor de la trama. Para mí, una de las mejores interpretaciones de Kevin Spacey, que no dejará indiferente a nadie. Sobresaliente.

Danny Devito es Phil Cooper, el veterano del grupo. Divorciado, descreído, acercándose a los sesenta, habiéndolo visto ya casi todo, pone un contrapunto sosegado y más conciliador al beligerante Larry, al que atempera para que no acabe abrumando al joven Bob Walker. La idea que subyace bajo este personaje es que vivir deja mella, y Devito lo expresa a través de Phil rozando la perfección, hasta tal punto que hay veces que no parece que actúe, sino que hable por sí mismo. Es la interpretación más emotiva de la película, y de las que he visto de Danny Devito. Matrícula de Honor.

Peter Facinelli es Bob Walker, un joven recién graduado, recién contratado, recién casado y a ojos de Phil y Larry casi recién nacido. Su juvenil e inocente entusiasmo contrasta con la aparente apatía de Phil o el enérgico pero resentido empuje de Larry. Su fuerte religiosidad cimentará otro de los pilares de la película, pues Larry la toma un poco con él en este aspecto, lo que llevará a una de las situaciones clave de la historia. Durante la película se nota que Facinelli no es un actor de primera fila como Spacey o Devito, y su interpretación no está a la altura de la de sus dos compañeros; pero es suficientemente creíble y buena, ya que mantiene el tipo frente a dos pesos pesados. Notable.

Mención especial merece el monólogo que se puede escuchar al final de la película. Aunque no pertenece al guión de la obra, encaja perfectamente en el espíritu de ésta, y creo que no podría tener un final mejor. Se titula Wear Sunscreen (Llevad Protector Solar) y aunque hay algunas dudas sobre su origen, se atribuye a una columnista del Chicago Tribune llamada Mary Schmich. A partir de este artículo-monólogo Baz Luhrmann hizo una especia de canción con él; digo especie, porque no es ni siquiera hip-hop, sino música de fondo mientras se recita el texto. Aquí tenéis la "canción". Espero que cuando la escuchéis tengáis aún más ganas de ver este peliculón, que bajo ningún concepto podéis dejar pa'luego.

1 comentario:

  1. Grandísima película sin duda!! Al igual que JD insto a todo el mundo a ver esta genialidad. 1 abrazzo!

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