miércoles, 3 de abril de 2013

Cosas que los nietos deberían saber


-¿Tienes hijos?
-Todavía no. Voy a pasar directo a los nietos.

Y entonces me compré el libro. Tapa dura, verde camuflaje, con un pajarillo azulón en la portada y un título que me estaba llamando como los restos de tarta al llegar a casa después de una noche de borrachera. Lo había abierto por curiosidad, a ver si "me decía algo", y vaya si me dijo. Os cuento.


¿Quién es este tipo?


Mark Oliver Everett es el alma y cabeza pensante de Eels, una banda de rock alternativo (por decir algo) Californiana de mediados de los noventa en adelante. Natural de Virginia, lleva desde 1963 respirando y desde 1992 publicando discos. Aunque la batería fue lo primero que le arrastró hacia el mundo de la corchea, después amplió su espectro a todos los demás instrumentos y acabó convertido en un hombre orquesta bastante polivalente. Sus métodos no son demasiado ortodoxos; sus canciones tampoco. Tal vez sea eso lo que lo hace especial y digno de ser observado.

¿Qué va a contarme?


Pues este libro en concreto es una autobiografía al estilo de Mark. Para todos los que no sepáis qué significa eso de "el estilo de Mark" (conste que me lo acabo de inventar) diré que es como una especie de vomitona mental poco filtrada. El estilo es rudo, poco fino y a veces ecléctico, pero tiene una cierta cohesión conceptual dentro del caos en el que se convierte a veces. El libro relata su vida desde que tiene uso de razón hasta finales de los dosmiles, franja temporal durante la cual tiene cabida todo el camino desde su primera actuación hasta tocar en el Royal Albert Hall pasando por todo lo que va en medio. Esto, visto así no es muy llamativo si no conoces a la banda de antemano y si no te interesa su música. Es como que leer sobre la historia random de un grupo de los noventa (uno de tantos) no es muy llamativo, ¿no? Pues no.

¿Por qué debería interesarme?

Lo que la gente no suele ver es todo lo que hay detrás de una carrera artística, todo lo que lleva al ejecutor a ser como es y a desarrollar sus obras: los motivos del arte, en definitiva. En este libro, Mark habla sin tapujos de todo lo que le ha pasado en su vida, cómo lidió con ello y cómo influyó en sus diferentes etapas creativas como compositor, productor y músico. Habla de su familia, de su infancia, de sus novias, de sus inseguridades, de sus amigos, de sus locuras, de sus ideas, sus aciertos, sus errores, sus alegrías, sus penas, sus discos, sus canciones, sus musas. Habla de sus entrañas y hablan sus entrañas; es entrañable.


Si tienes el más mínimo interés en ver cómo funciona la cabeza de un artista, qué la alimenta, cuáles son sus reacciones y cómo digiere experiencias para obtener resultados, este libro es para ti. Es un agujerito, una ventana, un balcón al que asomarse; el equivalente literario a una autopsia invertida en la que en lugar de buscar la causa de la muerte lo que se busca (y se encuentra) es la causa de la vida.

Un buen método para ambientarse es seguir la línea cronológica con la discografía de Eels. En cada punto de la historia, Mark va intercalando las letras de sus temas justo en los lugares en los que encontraba la inspiración para parirlos. De esta forma, la conexión que se consigue con él es bastante brutal; es como tenerlo ahí a tu lado contándote qué significa cada giro, cada inflexión, cada nota de sus canciones. Realmente enriquecedor.

¿Me lo recomiendas?

SÍ. Si tienes la más mínima inquietud artística, ya sea como creador o como consumidor, vas a sacar muy buen provecho. Es como una guía turística al interior de la cabeza de un genio, sin tapujos, sin censura, sin aderezos; la cruda realidad. Para mí, que voy por ahí jugando a crear cosas, ha sido una clase maestra sobre cómo vivir si quieres canalizar la mayoría de tus experiencias hacia construirte en lugar de destruirte.

Le doy 4 puros habanos:


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