Pues entre las cosas que quería yo contaros estaba Ylvis, y de no ser porque esta semana he tenido lío de mudanzas, Liam se queda con las ganas. Pero como estos guaperas noruegos me apasionan, voy a dar un post breve y algunos de los vídeos que más me gustan a mí.
Para empezar, que sepáis que llevo una semana en Londres, donde ya viví el año pasado. Uno de los primeros colegas a los que he visitado, anoche mismo, resulta también ser noruego (bueno, y guaperas, y alto, y artístico, pero no es de Ylvis). El caso, que llego al pub donde he quedado con este persono humano y me le encuentro con otro grupo de escandinavos, y lo que es más importante, escandinavas... Y lo que es aún más importante: borrachos como cubas cantando The Fox de Ylvis a grito pelado con un caso del aipad en la oreja. En efecto, Ylvis son un fenómeno mundial, pues algunos britanoguiris de otras mesas les coreaban, y yo me uní a sus cánticos según entré por la puerta.
Ahora imaginaos que el payado de en medio no es ese payaso, sino este payaso. XD
Así que una vez comprobado que son virales, unos cachondos mentales y talentosos reconocidos en todas partes, quiero centrarme un poco más en por qué me gustan a mí.
Lo primero: son musicalmente muy buenos. Son capaces de hacer canciones aceptables en cualquier estilo que se te ocurra. ¿Soul o hiphop? los vídeos que colgó Liam en el apartado anterior. Pero también se atreven con rock coral a lo Queen, más duro-épico, dubstep, balada... lo que les eches. Y lo hacen con una calidad y una solidez que se echa en falta en muchos grupos últimamente.
Lo segundo: sus letras no sólo son graciosas, sino que son de humor inteligente. Aunque parezca que cantan paridas, pues en esencia eso son, sus canciones se abren como una navaja suiza con una docena de cacharritos puntiagudos y afilados con los que pegar una puntilla a muchos temas a la vez. Se cachondean de ellos mismos, de los estilos de música/artistas/videoclips a los que parodian, de referencias cinematográficas, de la actualidad, sociedad y la política. Y lo hacen de una forma inteligente, elegante, accesible y estimulante. Como dice Liam, nuestra tele tiene mucho que aprender de gente como esta. Que consideremos humor de calidad al chikichiki es un poco duro: aunque el nota nos haga gracia, no es humor inteligente.
Lo tercero: buenrollismo y elegancia. Es algo que se echa de menos. Es muy habitual que la gente confunda el humor inteligente con el humor ácido y cruel. Ambas cosas pueden darse juntas o por separado, y creo que es todo un arte poder parodiar algo sin ridiculizarlo, sin que se note ese regusto de mala leche que se ve, por ejemplo, en el humor de imitadores de políticos. El objetivo de humillar no está, y sí por el contrario sacar algo divertido e incluso absurdo de una realidad sin andar faltando al respeto o etiquetando al personal. ¡Si me parece elegante hasta cómo se meten con los aficionados al dubstep! Es más fresco y más sano, sin por ello dejarse en el tintero nada por criticar. No es que no me guste el humor cruel, pero debo reconocer que ser elegante al tiempo que crítico y constructivo es más difícil. Se llama clase, amigos: no todo el mundo la tiene, pero Ylvis sí.
Llevo enganchado a Ylvis ya un mes, y de todas las canciones, la que más me gusta es Jan Egeland. ¿Por qué? Pues por que es metal rock, porque la letra es un descojono y porque además trata de un tema que espero que un día sea mi futuro profesional. Aquí os la dejo para que la disfrutéis. ¡Gracias Ylvis, se ve que el Arte aún no muere!
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