lunes, 10 de junio de 2013

Haruki Murakami - 1Q84



¿Qué hacer cuando las novelas de 900 páginas se te quedan cortas? Eso debió de pensar Haruki Murakami allá por 2009, cuando se sacó de la manga una historia de las suyas en 3 tomos y consiguiendo rebasar la barrera de las 1000 páginas por primera vez. Murakami es muy bueno, muy suyo y mola un montón. Tiene una imaginación desbordante y siempre plantea conceptos e ideas novedosas que son capaces de desconcertar incluso al más profundo filósofo dopado con psicotrópicos. El único problema es que en cuanto le dejas más de 400 páginas se le va la pinza y ya no vuelve. Con razón cuando vi que el libro estaba en tres partes me dio un jari así como un poco incómodo.


¿Quién es este tipo?

Haruki Murakami es un novelista contemporáneo japonés nacido en 1949. La primera mitad de su vida la dedicó a cosas como tener un bar de jazz y ser un tipo sedentario; la segunda, a escribir algunas de las mejores novelas de este siglo y correr cual gacela intrépida. Para los que no hayan leído nunca nada suyo, Murakami tiene un estilo muy particular. Le encanta jugar con la idea de universos simultáneos fagocitados unos dentro de otros donde el tiempo y los actos se diluyen hasta emulsionar en función de la agitación emocional. Como una mezcla de agua y aceite que bien removida puede mezclarse durante unos segundos, así funciona su universo. La cosa es que, llegados a un cierto punto en la narrativa, la historia suele dar un giro bastante brusco dentro de lo fantasioso de la misma; un giro irreversible. Una vez pasado este umbral la historia se convierte en una locura, en ciertos puntos irreverente, donde la inverosimilitud solo va a mayores y roza a veces lo absurdo en plan mal. Lo gracioso es que este punto no depende del porcentaje del libro, sino del valor absoluto de las páginas escritas, lo que convierte a sus libros de más o menos 400 páginas en una delicia de las mejores.

¿Qué va a contarme?

El libro comienza con Aomame, una instructora personal de un gimnasio de alto standing del centro de Tokio, metida dentro de un taxi y atascada en la autopista escuchando la Sinfonietta de Janáček. Llega tarde, por supuesto, así que opta por bajar del taxi y seguir a pie. Así llega a unas escalerillas de emergencia bajo un cartel de ESSO (con el tigre mirando) por las cuales baja y logra llegar a tiempo a hacer su trabajo. Poco después aparece Tengo, un profesor de academia que en sus ratos libres escribe novelas, al cual se le ofrece un cometido de dudosa legalidad.

Estos dos pipiolos constituyen el eje argumental de la novela (o más bien el novelón, por lo largo). Cada capítulo se centra en uno de los dos personajes, al más puro estilo Canción de Hielo y Fuego, y van contando sus historias alternativamente de la pluma de un narrador omnisciente de esos que va soltando perlitas de sabiduría de vez en cuando, anticipan el futuro y cuentan cosas que nadie ve. A medida que avanza la historia, aparece un punto en común entre estas dos historias aparentemente inconexas que se va desarrollando durante las más de 1000 páginas hasta el gran final.

El estilo es bastante sencillo y directo, tal vez con exceso de descripciones y dejando muy poco espacio a la imaginación en ciertos momentos. Como siempre, las escenas sexuales son abundantes, gráficas, explícitas y bien desarrolladas, aunque menos abundantes que en otros títulos. Sin embargo, Murakami es Murakami, y si te gusta su estilo lo gozarás como un niño gordo en una piscina de nocilla con sus metáforas pasadas de vueltas y su peculiar forma de transmitir sensaciones. Tal vez el ritmo sea demasiado lento para algunos, pero es lo que tienen los orientales, que viven de otra forma. Así que hazte con un té bien caliente y prepárate para cambiar tu reloj interno.

Sobre la historia poco más puedo decir sin arruinar la experiencia, y es que cada pequeño detalle y cada giro inesperado, por fútil que parezca, es parte fundamental del proceso de lectura.

¿Por qué debería interesarme?

Si te gusta Murakami, este libro es obligado. Es de esos escritores que lees para poder disfrutar de otras tantas páginas salidas de su pluma. Tiene un estilo incomparable, suave y fantástico que te pone la cabeza en otro plano dimensional distinto, y a mí, personalmente, me encanta. Ahora, si eres nuevo, te recomendaría empezar por otro lado, preferiblemente Tokio Blues; ese pequeño Best Seller es un trampolín perfecto a mi japo favorito por lo corto y ligero. Una vez que toleres esto ya puedes ir a dosis más grandes.

¿Me lo recomiendas?

Bueno... Es un buen libro, está muy bien escrito y plantea un universo maravilloso, peeeeero no es para nada su mejor obra. Como ya he dicho antes, es largo, lento y en ocasiones tedioso. Plantea un concepto nuevo dentro de su narrativa y el hecho de publicarlo en tres tomos le da una dinámica distinta al argumento. Ahora, me da la sensación de que la historia está un poco cogida por los pelos y en ocasiones se pierde la sensación de que el hilo narrativo esté en el argumento para centrarse en las descripciones y la vida interna de los personajes.

Que es bastante aburrido, vamos. Si no conoces Murakami o eres un recién iniciado, céntrate en todos los demás. Si eres un acérrimo fan y no tienes nada mejor que hacer, prueba suerte con los dos primeros tomos, y si ves que te cansa, ponme un correo y yo te cuento el final del tercero.

Se lleva 2 tigres de ESSO y medio sobre 5:


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