Alex de la Iglesia
regresa a la dirección producido por el presidente colchonero, después de la
decepción que para mí supuso “La chispa de la vida” los acérrimos al bilbaíno,
necesitábamos una vuelta a los orígenes y con esto no se si me refiero a cosas
mejorables pero de una frescura impactante, tipo “Acción Mutante”, o a cosas
más depuradas, y en muchos aspectos mejores, tipo “La Comunidad” o “Crimen
Ferpecto”.
Pues bien, Las
Brujas no van a entrar en mi opinión en el olimpo de sus películas, pero si te
gustó Balada – yo y sé que soy de los pocos, creo que rozó la obra maestra en
esa…-, en ésta de Zugarramurdi, te vas a morir de risa (Muy fino el chiste lo
sé…).
Las Brujas es un
reencuentro para su director en muchos aspectos, un reencuentro con uno de sus
colaboradores habituales que había estado ausente en los dos últimos proyectos,
Jorge Guerricaecheverría, el guionista con el que ha firmado sus mejores
trabajos, y que viendo la irregularidad de algunos trozos de Balada advierto
que le viene bien para nivelar y aportar una estructura más solida a las tramas
de De la Iglesia y un reencuentro a sus raíces vascas, euskeras cuanto menos
porque esta historia , empieza en la capital del reino, en un atraco de un
“Compro Oro”, que luego desemboca en road-movie en la huida en dirección a Francia, y se termina perdiendo en un pueblo navarro, en el que se inventó la brujería.
Los adjetivos que
suelen acompañar a las películas de De la Iglesia son siempre los mismos –me
refiero a la películas que llevan su ADN no a “Los crímenes de Oxford” o “La
chispa…”- si se tuviera que definir en una frase su filmografía, saldrían a
colación calificativos como bruta, excesiva e irregular, normalmente a esta definición
le acompaña el lamento en forma de reflexión:
-¡Ay!, si este señor
aprendiera a centrarse en las cosas buenas…
Cosas buenas las
tiene y muchas, pero un seguidor de verdad de Alex De la Iglesia jamás haría
esa reflexión, porque sin lo genial de bilbaíno no hay lo malo, que en fín, no
deja de ser un mal necesario, no hay luz sin sombra, y si las luces son siempre
resplandecientes en su caso,“Las Brujas de Zugarramurdi” vuelve a tener todo lo bueno que le caracteriza, no obstante también algo de lo menos bueno, vuelve a adolecer de
uno de sus vicios más recurrentes, que es que empieza con un ritmo desbocado,
maravilloso, con un pulso genial pero sin embargo en su último arco argumental,
la película termina bajando un poco en su nivel de intensidad y también en su
calidad desde mi punto de vista.
No quiero que
parezca que no me ha gustado, porque no es así, pero es que tenía componentes como para entrar en el Top 3 de sus películas y sin embargo pasada la hora de
metraje, la película empieza a decaer.
Los actores Hugo
Silva y Mario Casas están muy bien, cada uno en su rol, el primero haciendo de
un padre asfixiado por la pensión compensatoria y el segundo dando vida a un
relaciones de discoteca macarra, Macarena Gómez bien, Carmen Maura que te voy a
contar haría bien de Batman si quisiera y Javier Botet con su singular físico da vida a un famélico secuestrado de manera muy solvente.
Lo mejor:
- Los seguidores de Alex De la iglesia nos resarcimos después de "La Chispa de la vida".
- Nivel de gore visual bueno, no tan bueno como en Balada, en aquella escena en la que el payaso triste se planchaba los carrillos, pero aceptable y sobre todo con otro tono, ésta es una comedia más abiertamente que Balada.
-Un reparto que cumple a la perfección desde Mario Casas, Hugo Silva, el taxista Javier Ordoñez (que a lo mejor te suena de "Aquí no hay quien viva" era el que se soltaba las parrafadas como exterminador de plagas, dependiente de la tienda de espionaje etc..), Carlos Areces y Santiago Segura, ambos travestidos y con acento navarro están simplemente sublimes y el trío de brujas también cumple a la perfección.
Lo peor:
-Una trama que pierde fuerza en la conclusión.
-La película termina con un epílogo un tanto improvisado que no te deja el mismo regusto que el epílogo de "La comunidad"...
Aquí dejo el trailer.
Valoración: 3,5 / 5 estrellas.
¡Solo el hecho de sacar buenas actuaciones de Hugo Silva y Mario Casas es de Goya!
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